• Si es originario de esta localidad/provincia/región, ¿cómo describiría su vínculo a este sitio?
  Intenso, ambiguo, mezcla de profunda pertenencia y a la vez de una ajena extrañeza (irremediable, además).
• ¿Qué marcaría como frontera entre un exterior y un interior del territorio que usted configura?
  No lo sé; diría, para responder a la pregunta, que al ir por la Ruta 3, hay un momento en el que el verde se hace diferente y uno repara en que el paisaje es ahora completamente transformado por el hombre. Esto ocurre entre Viedma y Bahía Blanca. Y en otro orden, tratándose de frontera, diría que ese exterior es Buenos Aires.
• Situándose en su localidad y considerando la historia regional, ¿cuál sería para usted el Chubut real?
  No sé cómo situar ese real; si fuera por oposición a imaginario, quedaría mas cerca de aquella Patagonia que no entra en el mito. Por ejemplo, los habitantes de la meseta central, de vida muy dura. También de las periferias de las ciudades grandes: Trelew, Bariloche, Comodoro, Caleta Olivia, Río Gallegos, Neuquén. Hay en ellas un cinturón muy urbanizado de planes de vivienda, muchos recientes y multitudinarios, sin el debido cuidado de las consecuencias culturales. Gente muy castigada en las sucesivas crisis.
• ¿Qué imágenes -visuales, sonoras, olfativas, táctiles, gustativas, corporales en general- le aparecen ante una expresión como La Patagonia?
  No muchas. Es un significante que ha tomado auge a partir de su difusión internacional. En todo caso, cierto orgullo de vivir en una región que ahora despierta interés.
• ¿Qué le sugieren aspectos del territorio como meseta, terraza, cañadón, sierra, pampa, estepa, valle, depresión, bajo, salina, lago, cordillera, acantilado, caleta, rada, puerto, playa, etc.?
  Es un rasgo muy extendido entre los habitantes de estas ciudades la relación, a veces obsesiva, que establecemos con el paisaje. La luz, la dirección e intensidad del viento, el polvo, los ruidos, altos o bajos, de las ráfagas, los olores del campo en diciembre. La lluvia del sur. El reparo, la intemperie, son temas de conversación que nos ocupan muchos momentos del día.
• ¿Qué percepciones o recuerdos asocia con el mar y las formaciones insulares?
  Recuerdos muy gratos de niño buscando merluzas varadas en la playa, o almejas y mejillones que comíamos ahí mismo con un fuego precario (y limón, eso sí). La extrañeza de lo ajeno en Cabo Vírgenes, de ese paisaje que no nos necesita y que alimenta cotidianamente el mito. Las historias de piratas y barcos hundidos. Las caminatas interminables por la ría. Y el coraje de meterse al agua y salir violeta.
• ¿Qué imágenes asocia a las palabras petróleo y agua?
  Trabajo, mucho cholulismo de nuevo rico (que incluye el orgullo al que me refería antes, pero potenciado), una euforia tóxica y turbulenta que pasa regularmente a depresión y desaliento. Entonces se activa el mito contrario al del pionero, que es el del pueblo fantasma, y el último que apague la luz. En esos períodos, cuando se rompe el acueducto es mucho mas grave.
• ¿Existe para usted algo singularmente patagónico, o chubutense o Comodorense?
  Dicen, quienes nos escuchan, que tenemos una tonada al hablar. No la distingo. Si un ahhh… al final de las frases, con el que procuramos restar importancia a lo que decimos y que viene de la inmigración chilena, de fuerte influencia en toda nuestra región. Hay íconos chubutenses , pero más ligados a la publicidad turística infiltrados en la cultura. De este modo terminamos reconociéndonos en lo que no es más que un relato endulzado para turistas. Comodorense es un clima muy particular, nacido de una especie de consiga engañosa que dice que aquí está todo por hacer. Primero nos entusiasma, nos identifica con la figura del pionero, de intenso prestigio narcisista. Pero esta consigna da lugar al desaliento en tanto nos hace creer que antes de nosotros no se hizo nada. Hay muchas historias truncas en Comodoro y la Patagonia. Y comienzos nuevos, como si recién llegáramos.
• ¿Qué cualidades sensibles estima propias de la región/provincia/localidad?
  No se que alcance darle a cualidades sensibles sin referirlo a algún aspecto en particular. Podría decir cierta aspereza en el carácter, en tensión con una hospitalidad que se brinda después de cierto tiempo. Un espíritu difícil de convocar, que siempre nos da sorpresas. No está cuando suponemos que debería estarlo y aparece cuando no lo esperamos. Y también la sensibilidad exacerbada a los datos del paisaje: luz, aire, temperatura y tierra. Agua, cuando hay.
• ¿Las reconoce de algún modo en sus procesos creativos y/o en sus obras?
  Diría que sí, que esta presente esa lucha entre diferentes formas de la materia. Agua contra arcilla, viento contra la arena o el vapor de las nubes. La presencia de una continua transformación de la materia. A veces, como en el caso de la arena voladora o las nubes, sin interrupción alguna. Cuando esa transformación cesa, aparece un estado de calma que impresiona.
• ¿Qué colores y/o formas son para usted emblemáticos del territorio?
  El ocre, cierto tono del violeta cuando vira al gris plomo. Y el blanco sucio de la arcilla. La forma es muy cambiante pero se da en la horizontal, fundamentalmente. La vertical aparece en la cordillera y en las nubes. El horizonte rige toda la organización espacial.
• ¿Cuál es el lugar entrañable de su residencia en este territorio?
  La ría del Río Gallegos al atardecer. Las mesetas del otro lado se tiñen de un color fantasmal. De chico imaginaba historias y crecía el deseo de irme. Ahora de grande siempre me produce una profunda nostalgia.
• ¿Cuál es el momento entrañable de su residencia en este territorio?
  El momento de la solidaridad de su gente cuando la necesitaba mucho.
• ¿Existe alguna cosa que resuma la imagen que usted tiene de este territorio? Un coirón castigado por el viento, en una planicie, cuando cae el sol.
• ¿Qué palabras sintetizarían la idea de habitar en este lugar? Creo que ya fueron escritas.
• Si tuviera que toma una foto no turística del paisaje -humano y/o natural-, ¿cuál sería? Es una estepa casi sin matas, con una huella que la cruza en diagonal. También se me ocurre un baldío donde aún persiste la vegetación natural.
• Si tuviera que grabar un sonido para ser enviado a alguien que no pudiera ver, ¿cuál elegiría? El mar golpeando la costa. Lucho Martínez cantando una canción de cuna mapuche.
• Si le regalaran la posibilidad de vivir algún tiempo en otra época de su territorio, ¿puede describir ese momento? No, creo que no me gustaría. Ya lo he hecho y se que antes fue peor. Por más que los relatos idealizados borren las tormentas de viento, el frío y el aislamiento. Y también los dramas que esa adversidad producía.
• Si su lugar de residencia fuera el centro del mundo, ¿hasta dónde, tridimensionalmente, se extenderían sus límites? ¡¿……?!